Hoy es imprescindible que nuestras leyes y políticas públicas incluyan la protección ambiental y la conservación de los recursos. Gobierno, industria y sociedad deben trabajar de la mano entendiendo que el cuidado y protección al medio ambiente no es ni debe ser opuesto al desarrollo económico.

 

Más allá de las diferencias en el matiz de nuestras respectivas agendas legislativas, la mayoría logramos un solo propósito, salvaguardar el bienestar de las y los queretanos y garantizar la vida digna de las próximas generaciones desde un enfoque sustentable.

 

Este insólito episodio de la historia legislativa le dará razón a quienes hayan defendido con tesón y vehemencia sus posturas a favor de lo que era mejor para Querétaro, dejando de lado intereses o posturas de grupo.

 

En el Diario de los Debates quedará inscrito un legado, porque estoy convencido, trascenderá a las futuras generaciones, por la sencilla razón, de que este ciclo ha sido deferente en virtud de la pandemia.

 

En lo relativo a la agenda ambiental tuvimos la férrea convicción de reivindicar el respeto al equilibrio natural y ecológico de la mano con el desarrollo.

 

Los seres humanos por intereses, desidia o desconocimiento, hemos sido los causantes del daño a nuestro planeta, todos debemos reflexionar acerca de la necesidad de cambiar nuestros hábitos y manera de hacer las cosas, con miras a salvaguardar el derecho humano de todas y todos a un ambiente sano; las nuevas generaciones reclaman políticas públicas y cambios innovadores, que solucionen y sobre todo eviten problemas ambientales. Así lo entendimos y por eso se realizaron reformas y exhortos que promueven el cuidado del medio ambiente, en ellos, cada letra, cada palabra tuvieron como finalidad generar una conciencia social pública y privada de promoción, respeto, cuidado y sustentabilidad ambiental.

 

Se presentaron reformas al Código Urbano, al Código Penal, a la Ley de Educación, a la Ley de Salud, a la Ley de Residuos y a la Ley de Protección Animal, entre otras, destacando por supuesto el gran esfuerzo legislativo que se hizo al presentar como coautor con mi amigo el Diputado Agustín Dorantes, el Código Ambiental del Estado de Querétaro. Iniciativa que sentará un precedente legislativo al utilizar los mecanismos del parlamento abierto con foros presenciales y a distancia como ejes rectores de prácticas democráticas, constituyendo el reconocimiento del poder de las y los ciudadanos interesados en participar.

 

La representación institucional del Poder Legislativo, también ha estado a prueba durante esta pandemia. Nuestra ética y convicción no nos ha hecho claudicar en ese propósito por el cual la ciudadanía nos confió la posibilidad de representarlos.

 

Los avances a veces se miden con la vara más escrupulosa, pero el impacto de cada acción legislativa se debe medir en su justa dimensión entre espacio público y los desafíos de estos tiempos.

 

Hicimos alianzas, debatimos, dialogamos y supimos ponernos de acuerdo, principalmente para sacar adelante la agenda en lo social, ahí nos hemos sumado a los proyectos de otras fuerzas políticas, con la aprobación de reformas para garantizar los derechos y verdadero bienestar de las y los queretanos.

 

Aprobamos presupuestos y paquetes fiscales para fortalecer el desarrollo y el Estado de Derecho, fortaleciendo la implementación de políticas públicas que salvaguardarán la seguridad, la paz y tranquilidad.

 

Agradezco sinceramente el apoyo de aquellos legisladores y ciudadanos que me respaldaron para garantizar un desarrollo sostenible, para la protección de todos los que no tienen voz, pero sienten, para solucionar las cosas, e ir a un estado más justo, ético y solidario con toda forma de vida.

 

El mundo actual requiere urgentemente promover los objetivos del desarrollo sostenible y proteger la biodiversidad, es una obligación, con la esperanza de un mejor futuro.

 

Es cuanto, muchas gracias.

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